Misas, trajes y exposiciones

“La semana pasada hablamos de trajes, la anterior de misas, pues esta semana toca exposiciones”. Es la chulesca manera de Joseba Asirón de zanjar la polémica sobre el veto a la exposición de la Policía. Vaya, que estamos molestando al señor alcalde con polémicas por, a su juicio, nimiedades y no acaba de entenderlo.

No se preocupe señor Asirón, no vamos a hablar de misas. Nos quedó meridianamente clara su postura cuando prefirió irse a degustar un almuerzo sanferminero, vestido de frac, en lugar de asistir a la misa en honor al patrón de la ciudad el 7 de julio.

Tampoco vamos a hablar de trajes, que ya hemos hablado mucho y el edil Armando Cuenca también dejó en twitter muy claro su choteo y desprecio a la ciudad: “El mes que viene voy al pleno en chándal primeraviso Y así hasta que Pamplona se consuma en el desmadre y el sindios”.

Menos aún hablaremos de exposiciones de víctimas de ETA. Nuevamente las posturas estaban claras antes de la controversia actual cuando, en el pleno del pasado 3 de septiembre Bildu, Geroa Bai y Aranzadi fueron incapaces de condenar la violencia de ETA, una vez más.

Hablemos mejor de las formas del nuevo gobierno municipal. Un gobierno que se salta a la torera un reglamento, recientemente aprobado sin ningún voto en contra, porque no le conviene. El señor Asirón se escuda en que no interpreta que se lo haya saltado y, por tanto, tampoco ve motivo ni para cumplirlo ni para cambiarlo. Pues nada, insistiremos las veces que haga falta en el pleno.

Hasta que acabemos creando una compilación tan larga como las leyes de Indias de 1680, después de que malos gobernantes no interpretaran, durante casi dos siglos, que se saltaban las continuas reales cédulas emitidas para evitar los abusos hacia los Indios. Créanme que eran clarísimas desde la primera, recogida en las leyes de Burgos, donde se afirma llanamente que los Indios eran hombres libres. Tan claras como lo es el artículo 15 del reglamento orgánico del Pleno de Pamplona respecto a la indumentaria protocolaria de los ediles, donde se afirma, también llanamente, que sólo puede ser la que es.

Un gobierno que decide legislar de forma general tan sólo para perjudicar un hecho particular. Ahora se entiende la decisión precipitada e injustificada de prohibir exposiciones en la planta baja de la sala de armas. ¿Acaso no podrían ofrecer a la exposición de la Policía ninguna otra planta o edificio municipal? Claro que sí, pero esta es la pueril excusa que han pergeñado para vetar la exposición. De paso, mala suerte para todos, acabamos de perder un espacio expositivo en la ciudad. Dos, si contamos la de Rodezno, cerrada porque el nombre no es de su agrado.

Pero todo esto son nimiedades para el alcalde, que según dice aplica todo su empeño en solucionar los problemas sociales de Pamplona. De esto por ahora sabemos que efectivamente vendió unos abonos de los toros del ayuntamiento por valor de 2176 € para dedicarlos al rescate de los más necesitados. Bien hecho. Si no fuera porque cambiar la foto del Dean de la Catedral, de un policía municipal y un pastor del encierro del programa de fiestas, costó al consistorio exactamente el doble de dinero, suponiendo un 81% de desviación presupuestaria. Y hasta aquí lo por ahora se ha hecho de novedoso en un tema que no es nimio, ni para el alcalde, ni para nadie.

En fin, quizá acertásemos más si en lugar de misas, trajes y exposiciones, hablásemos simplemente de sectarismo político de manual. Porque es lo único vemos hacer al nuevo gobierno municipal: imponer ikurriñas, quitar crucifijos, mover retratos reales y banderas, vetar a las víctimas del terrorismo y menospreciar a la ciudadanía de Pamplona, no respetando si quiera los reglamentos propios que rigen el consistorio.

Pero intuyo que tampoco este tema va a ser de su agrado así que: dígame señor Asirón ¿va a hacer algo de lo que luego no le moleste que hablemos?