Maya afirma que “UPN restituirá la igualdad de todos los pamploneses, hablen la lengua que hablen”

El portavoz de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona, Enrique Maya, ha mostrado hoy su “preocupación y oposición absoluta” ante el nuevo proyecto de ordenanza del euskera, presentado ayer por Asirón del que ha dicho que “establece pamploneses de primera y de segunda”, por lo que se ha comprometido a “restituir la igualdad de todos los pamploneses, hablen la lengua que hablen, porque la nueva norma va a colocar a los castellanohablantes en una situación de inferioridad ante su propia administración”.

“Siento verdadera lástima al ver cómo están utilizando el idioma de mis abuelos para dividir a pamploneses y navarros, lo que está provocando que, en lugar de fomentarse el amor por esta parte de nuestra cultura, se esté generando cada vez una mayor animadversión”, ha explicado.

El regionalista ha destacado que “la propuesta de Bildu, Geroa Bai, IE y Aranzadi va más allá de lo que recoge el polémico Decreto del euskera aprobado por el Gobierno Barkos y pretende establecer imposiciones que trascienden del ámbito de la administración pública, afectando a empresas, asociaciones e incluso familias”.

De hecho, ha alertado de que “con la nueva ordenanza Asirón quiere trasladar a la fuerza y en contra de la legalidad a Pamplona desde la zona mixta a la vascófona, porque aplica a nuestra ciudad todos los criterios que el Decreto reserva a las entidades locales del norte de nuestra Comunidad”.

Además, el portavoz de UPN ha subrayado que “el Ayuntamiento impondrá el uso del euskera a cualquier empresa o asociación que pretenda llevar a cabo cualquier actividad o contrato que cuente con la participación o colaboración del Ayuntamiento”.

Así, ha detallado que “de esta forma el Ayuntamiento impone su voluntad en centenares de entidades culturales, sociales, deportivas, educativas, vecinales e incluso de extranjeros que a partir de la aprobación de la nueva ordenanza tendrían que utilizar el euskera” (Capítulo VII. Art.27).

“Recibir un solo euro del Ayuntamiento en forma de subvención o ayuda de cualquier otro tipo como la cesión de espacios o la simple colaboración en forma de apoyo institucional conllevará obligatoriamente que se introduzca el euskera”, según ha explicado Maya.

El regionalista ha afirmado que “esta imposición supone una intromisión injustificable en la libertad del tejido social de la ciudad y un chantaje inaceptable, porque liga la financiación municipal no ya al programa que desarrollan las asociaciones, sino al uso del euskera”.

El texto va más allá y afirma incluso, según Maya, que “trabajará para que las actividades deportivas desarrolladas en Pamplona, cuenten o no con colaboración municipal, se desarrollen también en euskera” (Capítulo VII. Art.27.2). El uso del euskera también será obligatorio en cualquier presentación oral de todo tipo de actividad y actos públicos públicos y protocolarios, como entregas de premios, homenajes, actuaciones musicales y culturales en general, por ejemplo, en los que el Ayuntamiento colabore (Capitulo IV. Art 8.2).

Por otra parte, Maya ha explicado que “en la contratación de todas las empresas que gestionen o presten servicios municipales se exigirá la contratación de personal bilingüe incluso cuando la prestación del servicio no comporte atención directa a los ciudadanos y los puestos no sean de carácter presencial” (Capítulo V Art. 16.1 y 16.2).

Además, ha alertado de que “el Ayuntamiento piensa realizar inspecciones a las empresas para comprobar el cumplimiento de este extremo, creando una especie de policía del euskera” (Capítulo V. Art. 16.3).

En este sentido ha criticado que “estas cláusulas suponen una coacción a las empresas” y ha explicado que “las sitúa junto a emprendedores y trabajadores navarros en peores condiciones que los del País Vasco a la hora de obtener contratos del Ayuntamiento de Pamplona”.

“Esta norma no sólo pasa por encima de la realidad social de nuestra ciudad y de Navarra, sino que además pretende modificarla a la fuerza”, ha subrayado. Según Maya, “es una ordenanza para una Pamplona que no existe”.

En este sentido ha criticado también los capítulos dedicados al acceso al empleo público y a la plantilla municipal y han destacado que “con esta ordenanza el cuatripartito puede modificar el perfil lingüístico de plazas ya ocupadas” (Capítulo V. Artículos 13 y 14). Además, ha destacado que “se impone el perfil de euskera en todos los puestos de atención al público, aunque el uso del euskera en Pamplona sea menor al 3%, e incluso en puestos que no sean de carácter de atención presencial al público”.

De hecho, “la propia ordenanza advierte que el euskera también se impondrá en plazas puramente administrativas en la estructura operativa, una cuestión que ya han adelantado en la OPE que están preparando con plazas de letrados, arquitectos y técnicos de Juventud y de Participación con euskera obligatorio”.

Para el acceso al empleo público, según ha detallado, “se valorará siempre el euskera esté o no justificado y se hará además en los porcentajes fijados en el Decreto del Gobierno Barkos, que establece una innegable ventaja decisiva a los vascoparlantes. En caso de valorarse otro idioma, el euskera siempre se puntuará un 25% más” (Capítulo V. Art.17).

De esta forma, Maya ha sostenido que “es evidente que con esta norma se impide de facto el acceso a la administración pública de personal no vascoparlante, porque en procesos que se deciden por décimas, los porcentajes de los que estamos hablando deciden las convocatorias, y eso supone un privilegio claro”.

Por último, ha criticado “la intención del cuatripartito de generar un paisaje ajeno a la realidad de la ciudad con la imposición prioritaria del euskera en la señalética, por encima del castellano” (Capítulo IV. Art. 12). A este respecto la norma fija que el euskera aparecerá siempre por delante del castellano cuando los textos se ordenen en vertical y a la izquierda de los documentos cuando sea en dos columnas.

“Es absurdo que el idioma que utiliza el 97% de la población tenga que ir por detrás del que usa el 3% y es una discriminación más contra la inmensa mayoría”, ha lamentado.

En conclusión, Enrique Maya ha considerado que “Asirón da nuevamente muestras de su sectarismo lanzando una ordenanza que han trabajado 14 concejales de espaldas a los otros 13, lo cual dice mucho de su voluntad de consenso”.

“Es una norma a medida de Bildu, impositiva, intrusiva y controladora, y redactada en contra del resto de ciudadanos que van a ver mermados sus derechos si se lleva a cabo”, ha subrayado. Además, ha criticado que “es una norma con la que Asirón pretende dejar atado y bien atado, porque conlleva una obligación absoluta para el próximo gobierno municipal en materia de financiación de campañas que promocionen exclusivamente el modelo D, el pago del aprendizaje de adultos e incluso la convocatoria de subvenciones” (Capítulo VII. Art. 22, 23 y 24).

También ha destacado “los costes que acarrea esta modificación legal, que van desde el cambio innecesario de toda la rotulación, señalética y cartelería de la ciudad a la creación de multitud de plazas en euskera y la contratación de expertos y traductores”. “Estamos diciendo que no hay dinero para inversiones, que no hay dinero para devolver el dinero a las madres que lo están reclamando, que no se pueden arreglar las calles ni las carreteras… salvo para lo que tiene que ver con la lengua”, ha criticado.

Por último, ha lanzado una reflexión: “esta norma tiene muy poco que ver con el fomento de la cultura, sino con una verdadera imposición del euskera aprendido en clase, no el de casa, no el navarro” y ha recordado las palabras de Fernando Sabater que afirma que “las lenguas tienen dos enemigos, los que las persiguen y los que las imponen”.