Asirón y el vaso mágico

Érase que se era una mítica ciudad gobernada durante años por orcos, que celebraba anualmente unas, también míticas fiestas, a las que acudían, por culpa de sus gobernantes, hordas de orcos dispuestos a todo, que arrasaban la ciudad y dejaban a su paso un lamentable espectáculo de destrucción y ruina.

Hasta que llegó, desde un pueblo vecino, un nuevo alcalde que trajo luz y color. Y armado solamente de un vaso mágico (y reutilizable) trasformó aquellas espantosas fiestas en un festival de alegría. A partir de ese momento todo fue felicidad, fraternidad y toros (¿he dicho toros?) bueno, los toros los dejaremos para un debate posterior, que para eso hay gente con todo tipo de sensibilidades, por ejemplo, los que quieren prohibir todo lo que no les gusta y los que piensan que si no te gusta te puedes ir a otra parte que te guste más.

Y así fue como esas fiestas, hasta ahora horribles y denostadas por todos, se convirtieron, gracias a Asirón y su vaso mágico, en las mejores del mundo.

No es broma, este es el resumen, en plan hermanos Grimm, que el alcalde de Pamplona ha hecho de los últimos sanfermines. Dice que por fin han dejado de ser las fiestas del “todo vale”, pero se olvida de la brutal entrada de sus secuaces en pleno chupinazo, a golpes y codazos para meter ikurriñas y pancartas, echando a los que habían llegado antes, o del atroz rallie 24 horas al que, también sus secuaces, han sometido a los vecinos de la plaza de Recoletas, a las monjas de clausura o a la parroquia de San Lorenzo. Y se olvida también de que no todo vale en la calle Curia, al regreso de la procesión, con las injustificables agresiones que, también sus secuaces perpetran año tras año. También habrá que recordarle que no todo vale para forrarse con negocios de hostelería sin licencia en el casco viejo, como el que ha tolerado a los okupas en el palacio del Marqués de Rozalejo.

Además, llegan los datos. 4.604 viajes menos en villavesa pese a la vengativa anulación del aparcamiento de Salesianos. Y un 3.15% menos de consumo de agua en la zona festiva y 86.540 kilos menos de residuos. Aquí aparece el vaso mágico (y reutilizable). Todo esto no es porque nos haya visitado menos gente debido a la pésima imagen que el propio alcalde ha dado de Pamplona, sino gracias al vaso mágico. Solo que los 600.000 vasos puestos a disposición, teóricamente utilizados 5 veces (esto sí que no se lo cree nadie) han sustituido a 3.000.000 de vasos desechables. Pero un vaso desechable pesa 7 gramos. Así que hagan la cuenta. 21.000 kilos de vasos. ¿Qué ha pasado con los que restan hasta los 86.540? Pues el vaso mágico a se encargará de que no sea por la menor afluencia de visitantes, sino de que como no todo vale y ha bajado el consumo de agua, los vasos no solo se han usado 5 veces sino 15 y además sin lavarlos.

Y todo esto sin hablar del desastre de la hostelería, las ocupaciones hoteleras, sobre todo periféricas, el top manta y el bajón de ventas, etc., etc., etc.

Magia va a hacer falta para recomponer este desastre cuando este señor se marche.