Asirón, el tercer gemelo de Divinity

Asirón está haciendo méritos para que le den un programa de decoración junto a los hermanos Brown en el canal Divinity, ser presentador de una sección de Bricomanía o para protagonizar el próximo anuncio de Ikea Barakaldo. No hay otra explicación razonable.

El alcalde de nuestra ciudad ha vuelto a ser noticia por su afición al interiorismo a colgar y descolgar cuadros. Hay decoradores minimalistas, barrocos, orientales… a nosotros nos ha tocado en suerte (maldita ironía) un experto en interiorismo identitario, en el diseño de interiores 100% antiespañoles.

El Feng Shui busca alcanzar el bienestar y la armonía general del individuo con su entorno (google dixit). El interiorismo identitario de Asirón, en cambio, ordena los elementos de una estancia con el fin de borrar cualquier rastro de la historia de Navarra que a nuestro alcalde no le guste.

En poco más de 18 meses el primer edil de una ciudad de 200.000 habitantes ha dedicado su tiempo más a elegir lámparas y láminas que a cualquier otra cuestión. Me lo imagino, en el sofá de su despacho de Alcaldía, devorando el último catálogo de Ikea, antes de pasar a subrayar la revista El Mueble, mientras de fondo resuena en la tele el último capítulo de ‘Love it or list it’. “Yo me quedaría la casa, pondría un par de ikurriñas en la entrada, una lámpara roja en el recibidor y quitaría ese cuadro de la virgen que es totalmente carca y casta.Con eso, ya tienen un hogar fetén”, piensa seguramente, mientras subraya una mesa BJURSTA, que quedaría genial en el Zagüan del Ayuntamiento.

Podrán llamarme exagerado, pero la realidad es que en estos meses como alcalde, su labor se resume en eliminar los retratos del siglo XVIII de varios reyes de Navarra de la escalera principal del Consistorio, el escudo borbónico del Zagüan, retirar un crucifijo de marfil del salón de Plenos, esconder las banderas oficiales y el retrato de Felipe VI en una esquina (con sentencia en contra que, cómo no, recurrió con los impuestos de todos los pamploneses). También ha cambiado la decoración de la Sala de Prensa y ya que estaba ha retirado de ella las banderas oficiales para culminar su obra eligiendo carteles de San Fermín y una nueva lámpara para decorar la entrada al Ayuntamiento. La última, descolgar precisamente un 23F el retrato de Juan Carlos I, supongo que con la misma risa orgullosa que pone un crío que ha hecho una travesura, y los de de dos reyes del siglo XVIII.

El cenit de su trayectoria, sin embargo, le alcanzó en las primeras semanas de mandato, imponiendo la ikurriña en medio de la fachada.

Esta cómica actitud tiene sin embargo matices trágicos para la ciudad de la que se supone es alcalde y, desde luego, no es nada inocente.

Se cree nuestro primer edil que con descolgar unos cuadros y colgar una bandera que apenas tiene 100 años va a borrar de un plumazo siglos de historia de Navarra. Además de no saber gestionar, parece que no conoce a los navarros. Con nuestra tierra y nuestra historia no se juega.

 

Fermín Alonso