A mi padre

Han pasado ya 20 años desde aquel 6 de mayo del 98, precioso día de primavera que a nosotros se nos nubló para siempre con la noticia de tu atentado. He revivido una y otra vez cada momento de ese día. Oigo con nitidez la voz de Javier al teléfono diciéndome: “María, el papá ha tenido un atentado, ven al hospital. Yo voy detrás de la ambulancia”.
¡Qué terrible fue todo! Nada más llegar al hospital nos dijeron que habías muerto. ETA te había asesinado. Te habían metido dos tiros en la cabeza. Todavía me duele el estómago cuando lo recuerdo.
Tenías 63 años, eras concejal, el portavoz de UPN en Pamplona y te acababas de jubilar para disfrutar de la vida y dedicar más tiempo al Ayuntamiento.
Tenías una familia, la nuestra, que era para ti lo más grande, y tenías grandes y buenos amigos, además de muchos conocidos.
Tu muerte nos dejó rotos, pero desde el principio tuvimos la certeza de que tu vida no acababa con esos disparos. Ibas a ser más grande: tu obra, tu trabajo, tu historia y todo por lo que te comprometiste, iba a permanecer. Y, más allá de nuestra creencia en tu eternidad, hoy 20 años después queremos celebrar precisamente esto, que sigues vivo, que tu legado permanece y que ETA no acabó contigo ni con tus ideas.

No te puedes ni imaginar cómo se volcó la gente cuando te asesinaron, lo acompañados que estuvimos por todo el mundo. En la capilla ardiente que se puso en el Ayuntamiento, pasaban sin parar gentes de todos los sitios: amigos, vecinos, compañeros tuyos, varios ministros, políticos de todos los colores…, menos de uno, evidentemente. Todos venían a mostrar sus respetos. Fueron momentos durísimos para nosotros, pero tanto cariño y solidaridad nos lo hizo mucho más fácil.

Después vino lo difícil, buscar el sentido a lo que había pasado, buscar los porqués y aprender a vivir de nuevo. Tratar de entender un acto terrorista es imposible, no existe explicación a que alguien asesine por un proyecto político. Quizás lo más difícil fue vivir cada atentado que sucedió al tuyo y sentir la presencia normalizada en nuestro entorno de esa base social que apoya a ETA, sus gentes con sus pancartas, fotos de presos en cualquier lugar… , así como aceptar determinados silencios a nuestro alrededor.

Después de tanto tiempo, aquí las cosas andan revueltas, como siempre. ETA sigue muy presente a pesar de que desde 2011 haya dejado de asesinar. En este momento están intentando darle la vuelta a lo ocurrido, y no sólo ETA, sino también los que han formado parte de su entorno político, y además de ellos, el resto del nacionalismo está en la misma línea. Es tan tremendo lo que hicieron por un proyecto político al que no ha renunciado ninguno, que tienen que suavizarlo. Quieren venderlo como un conflicto entre dos bandos, ellos y el Estado, y cuentan que ha habido víctimas en ambos lados. Algo inaudito y totalmente falso.
Tú sabes bien lo que estaba ocurriendo poco antes de que te asesinaran: mataron en enero a Iruretagoyena, concejal en Zarauz, y en febrero al también concejal Alberto Becerril junto a su mujer en Sevilla. Unos elegían matar y mataban, y otros moríais. ¿De qué conflicto crees que nos hablan? ¿Con qué armas ibas tú a esa supuesta contienda?

En Pamplona ahora tenemos alcalde de Bildu, y de teniente de alcalde a un excompañero tuyo de Herri Batasuna. ¡Con lo que ha hecho Batasuna en toda esta historia!, que no sólo se limitaba a mirar para otro lado cuando ETA atentaba, sino que señalaban y marcaban a sus objetivos de una manera u otra, como hicieron contigo querellándose por decir en un pleno: “No les llegamos a pedir que condenen. Únicamente les pedimos que no maten”
Y digo que está siendo duro ver a Bildu en el gobierno, porque además no ha sido por méritos propios, sino que los demás grupos nacionalistas les han apoyado sin siquiera exigirles la condena del terrorismo y sin importarles un ápice de dónde vienen y lo que han sido.

Bueno, pues ahora, después de un reguero de sangre, con más de 800 muertos en 50 años, hacen un comunicado en el que “reconocen el daño causado y piden perdón a aquellas víctimas que no tenían responsabilidad ninguna en el conflicto”. O sea, que de momento todavía no ven razón para pedirnos perdón por haberte asesinado, bien al contrario, siguen justificando que había razones para acabar con tu vida.

Mientras escribo estas líneas por tu 20 aniversario, la noticia es la disolución definitiva de ETA anunciada para hoy. Es un final por fascículos. Hace un año hizo una pantomima de desarme que este año han conmemorado con una enorme escultura colocada en un parque público en Bayona que lleva el símbolo del hacha de ETA invertida. Algo indecente que no entiende nadie. En realidad quienes más aplauden sus saraos son ellos mismos y su gente. Es alucinante que traten de perpetuar la simbología de ETA con una escultura por muy al revés que la pongan.

La noticia de la disolución de ETA la recibimos con frialdad, no porque queramos que se mantenga ni mucho menos, sino porque nos resulta insoportable el espectáculo mediático a nivel internacional que está organizando. Después de tantos asesinatos, tanto dolor, y tanta violencia cometida, quieren vestir su disolución como el final de un conflicto armado.
ETA no puede escribir su final porque no lo han protagonizado ellos sino el Estado y el conjunto de la sociedad que les hemos hecho frente.
Para nosotros ahora lo importante es que la historia de ETA sea contada con exactitud, sin blanqueos ni mentiras. Queremos que esa historia haga justicia con sus víctimas para mantener el derecho a la memoria y reparación.
Y en eso estamos y estaremos por ti, papá, y por todas las demás víctimas de ETA.
Aquí nos tienes a todos. No te olvidamos.